Especialidad
Rebozos de algodón tejidos en telar de cintura
Ubicación
Ahuiran, Paracho, Michoacán
Acerca de
Desde hace 45 años se ha dedicado a la elaboración de rebozos en telar de cintura. En su comunidad, ha enseñado esta técnica y ha ayudado a otras artesanas y artesanos a perfeccionarla, para conservar y difundir su proceso en las nuevas generaciones. Ha recibido el primer lugar y premios nacionales en concursos artesanales locales (Ahuiran, Paracho, Chiarapan), estatales (Uruapan y Pátzcuaro) e internacionales, como el Festival Internacional Folclórico de Austin, Texas.
El don de enseñar a tejer rebozos de cintura: María Ángeles Rodríguez Bautista
La maestra artesana, María Ángeles Rodríguez Bautista fue afortunada porque su madre, desde muy pequeña, a los 12 años, le enseñó a tejer. Gracias a esta profesión, la artesana ha podido ganar premios locales, estatales y hasta nacionales por sus flores bordadas en la punta del rebozo de cintura.
Este don lo ha pasado a sus hijas y nueras. Lo más bonito es que su hijo, pese a que en el pueblo donde ella es originaria, en Ahuirán, Michoacán, el tejer no se acostumbra en hombres porque es trabajo femenino, pero ahora es reconocido por sus diseños de plumas y flores, en concursos estatales.
A raíz de que se creó una capa de plumas, del recorte de un rebozo que tejió y diseño la artesana Feliciana Hernández, prima de María Ángeles Rodríguez Bautista, la misma que fue mostrada en pasarelas de Milán, hoy por hoy, de esta idea se han confeccionado gabanes, que doblados simulan capas de plumas de cuervo negras como la que el actor Tenoch Huerta portó, las cuales solamente los venden Feliciana y María Ángeles en Ahuirán.
Además, gracias a que María Ángeles sabe teñir los hilos con pintura natural, con cascara de nuez, granada, encino y flor de cempasúchil, la maestra artesana quiere diseñar blusas y capas para después venderlas.
Lo que destaca de su historia de Ángeles es la experiencia que la maestra ha adquirido, gracias a su madre, Cecilia Bautista Caballero que le enseñó a tejer, y que sin egoísmo ha querido pasar a las nuevas generaciones, quienes empiezan a ganar los reconocimientos y premios. El orgullo de ser portadora de una gran tradición michoacana y de su pueblo natal y de sus raíces indígenas purépechas.