Mariana Castillo – Ben & Frank
Mariana Castillo, cofundadora y co-CEO de Ben & Frank, la marca de lentes más cool de México. Ella, además de impulsar a cientos de mexicanos creando fuentes de empleo, estudió Economía en la Universidad Iberoamericana e hizo una maestría en Chicago.
La increíble marca, que lleva el nombre del inventor de las gafas bifocales, Benjamín Franklin, crea una experiencia única en cada compra, desde los divertidos nombres de cada armazón, un probador virtual que puedes utilizar desde cualquier dispositivo, hasta una atención personalizada en sus sucursales.
Después de estudiar economía en la Universidad Iberoamericana, Mariana Castillo quería emprender un proyecto que beneficiara a su país. En 2011, esta idea la llevó al Banco de México, lugar donde aprendió las bases para innovar desde un punto de vista financiero. Ahí se desempeñó como analista y trader de divisas y materias primas, ejerciendo después como administradora de carteras de renta fija. Así, desarrolló habilidades analíticas, aprendió a prestar atención a los detalles y fortaleció su capacidad para trabajar en equipo. Durante su maestría en administración de empresas en la Universidad de Chicago, Mariana definió el siguiente paso en su carrera profesional: enfocarse en el emprendimiento. Por esta razón, en el verano de 2015 trabajó en Antoni & Lelo de Larrea Venture Partners, compañía que brinda financiación a empresas emergentes. Esto le permitió adquirir conocimientos para liderar el aspecto financiero y operativo de Ben & Frank, marca de lentes ópticos y de sol –con o sin graduación– que estableció junto con María José Madero, Eduardo Paulsen y Benigno Pérez. Para Mariana, Ben & Frank es un proyecto fortuito que cambió su panorama: ella y sus compañeros descubrieron que las alternativas para comprar lentes en México eran limitadas y el comercio electrónico les abrió una ventana de oportunidad en este mercado. Actualmente es co-directora general de Ben & Frank, siendo responsable de la estrategia empresarial para consolidar a la compañía en el mundo online. Sobre su trabajo, expresa: “me encanta saber que nuestra marca ofrece diseños modernos y atractivos que la gente no necesariamente podría obtener de otra manera. Hasta cierto punto, democratizamos los lentes. Cualquier persona tiene derecho a obtener unos lentes geniales y de buena calidad, a un precio accesible.” Sus Ben & Frank favoritos son: Orozco Maple Burbuja.
Ben & Frank ha superado las decenas de millones de dólares en facturación, se ha consolidado como una marca líder en México y, a la fecha, ha levantado inversión de fondos como L Catterton, DILA, y Wollef.
Ben & Frank es una marca mexicana de lentes. En agosto de 2015, pusieron a la venta sus primeros modelos. Para 2016 ya habían vendido 7,000 unidades por medio de su plataforma de e-commerce.
La idea surgió mientras estudiaba la maestría en Chicago. Después de comprar unos lentes en una óptica y decepcionarse con la experiencia, decidió probar y comprar unos por internet. La experiencia fue mejor, eran más baratos y con una gama más amplia de modelos.
“Me pregunté por qué en México no había esto (comprar lentes por internet) y les dije a Eduardo y a Benny, que estudiábamos la maestría juntos, y comenzamos a explorar el mercado en el país”. Fue así como se inició como emprendedora.
Dentro del mundo del emprendedurismo casi siempre escuchamos historias de éxito; que, si logró triunfar en otro país o que, si con una mínima inversión su marca se extendió masivamente, pero casi nunca escuchamos historias de fracasos, de todas las noches sin dormir y de todo el estrés que pasaron para lograr estar en donde están.
El emprendedor vive en una montaña rusa; muchas veces estás arriba sintiéndote el rey del mundo, pero muchas otras estás abajo: mueres de sueño en una junta porque trabajaste toda la noche, se te acumulan las deudas, etc. Quien le apueste a emprender debe estar consciente que habrá muchos ratos malos, porque ¿cómo sería la vida sin riesgos? Al final sabrás que la satisfacción de hacer algo por ti mismo, sobrepasan las noches sin dormir, los apuros económicos o las dudas sobre las decisiones que debes tomar constantemente.