Oaxaca es un estado con gran valor artesanal y para muestra está el empresario textil mexicano Remigio Mestas, originario de la comunidad Zapoteca Villa Hidalgo Yalalag en Oaxaca, quien se dedica a rescatar, preservar y renovar el arte textil indígena, a través de la calidad de los materiales y de quienes lo realizan.
Este artesano es especialista en textiles y uno de los conocedores oaxaqueños más instruidos. En casi medio siglo de trayectoria, ha llevado técnicas, materiales y telares a distintas partes de México y el mundo, difundiendo esta herencia artesanal de Oaxaca.
Un poco de su historia…
Remigio emigró a la capital del estado cuando tenía cuatro años; ahí vivió rodeado de personas trabajadoras e involucradas en el mundo del textil. Su madre tejía en telar de cintura y también sabía coser a máquina. Su padre confeccionaba camisas y pantalones de manta, ambos eran muy creativos y pronto los hijos aprendieron el oficio y llevaban sus mercancías a vender al mercado.
En 1996 Remigio terminó sus estudios universitarios de contador público y supo que su pasión era relacionarse con los tejedores, y si algo tenía claro era que iba a dedicarse a esa noble tarea que también era su vida. Así, Remigio conseguía textiles bellísimos, piezas únicas que solo en su tienda se podían encontrar, de esta manera comenzó a tener una clientela interesada en obtener obras de exquisita factura, realizadas con materiales finos. Interesado en los colorantes naturales, Remigio comenzó a teñir hilos para dárselos a los tejedores, y fue de esta manera que inició una nueva etapa en el textil oaxaqueño.
En 2001, nuestro amigo emprendió diversos viajes al extranjero en los que conoció técnicas, colorantes y fibras diversas y pensó que se podrían utilizar en México. Importó hilos muy finos, como el algodón egipcio y la seda del Tíbet, para que fueran usados por los mejores tejedores de Oaxaca. Actualmente, trabaja con más de doscientas personas en el estado de Oaxaca; renuevan diseños antiguos y mejoran la calidad de los textiles mediante las fibras y los hilos finos, lo cual ha permitido que los productos sean más valorados y adquieran precios más razonables para los artesanos.
El señor Remigio es un hombre que desde pequeño y gracias a la influencia de sus padres, ha luchado por la dignificación del trabajo de los tejedores, a través de una mejor calidad de los productos y de un precio justo.
También ha conseguido que los textiles locales se enriquezcan y que se recupere un saber que parecía condenado al olvido. Es impulsor de grupos de tejedoras indígenas, quienes han encontrado en su oficio ancestral una nueva forma de vivir y han logrado mantener la diversidad de las culturas originarias.
Actualmente trabaja con un grupo de, aproximadamente, 350 maestros hilanderos, tintoreros y tejedores provenientes de las ocho regiones del estado, y que se han ido agrupando en los últimos 22 años con la idea de utilizar hilaturas de calidad extrema.
Su labor consiste, la de distribuir y vender el trabajo de los artistas, entre sus tres tiendas ubicadas en el Distrito Federal, San Miguel de Allende y Oaxaca, para después, regresar el dinero a las comunidades y seguir con la producción.
La visión de Remigio ha logrado mejorar notablemente el textil oaxaqueño. Su origen y su experiencia han sido factores fundamentales para contactar a los mejores tejedores del estado; muchos de ellos han comprendido que, al mejorar la calidad de los hilos, su trabajo luce más y es mejor remunerado. Sin duda esta contribución es el reflejo de un hombre generoso que creció en un ambiente de trabajo y constancia, sensible a las manos de los artesanos de Oaxaca y capaz de transformar una pieza en verdadera obra de arte.
Mestas asegura que cada pieza está creada a base de un trabajo con espíritu y comenta que este aspecto es muy importante en la elaboración de cada textil, ya que no solo se crea un trapo, sino un ser con energía.